Terapias cognitivo-conductuales

Si bien es verdad que existen diferentes técnicas cognitivo-conductuales, también lo es que todas ellas tienen algo en común: consideran que los hechos no son los únicos determinantes de nuestro estado emocional y conducta, sino que el modo en que procesamos los acontecimientos, nuestras valoraciones, creencias y pensamientos son muy importantes (Cruzado, 2014).

 

El entrenamiento en autoinstrucciones de Meichenbaum, por ejemplo, pretende modificar las autoverbalizaciones internas o pensamientos del sujeto y sustituirlas por otras. Es, pues, un procedimiento de autorregulación verbal que tiene como objetivo aumentar el nivel de ejecución del paciente en una determinada tarea, así como su capacidad de autocontrol y de solucionar problemas. El procedimiento consta de cinco fases:

El psicólogo lleva a cabo una tarea mientras se da instrucciones a sí mismo en voz alta

El paciente repite la tarea que ha hecho el psicólogo, mientras este le da las instrucciones en voz alta

El paciente hace la tarea dándose él las instrucciones en voz alta

El paciente hace lo mismo que en el paso anterior, pero murmurando en voz baja las autoinstrucciones

El paciente guía su conducta mediante autoinstrucciones internas; pensadas

Por otro lado, la terapia racional-emotiva de Ellis parte de la idea de que las emociones y la conducta de una persona ante una situación dependen de sus creencias y que habrá que desafiarlas si queremos cambiar su estado emocional. El primer paso consiste, pues, en evaluar los problemas, explicar el modelo A-B-C (antecedentes-creencias-consecuencias) e identificar las creencias irracionales (falsas, disfuncionales y automáticas). Posteriormente, el objetivo será refutarlas y sustituirlas por creencias alternativas racionales. Finamente, mediante técnicas conductuales, conseguiremos que estas creencias adaptativas lleven a cambios en la conducta que, a su vez, permitan que el paciente compruebe la utilidad de estas nuevas creencias (Cruzado, 2014).

La terapia cognitiva de Beck, por su parte, establece que podemos distinguir tres niveles o categorías cognitivas: los pensamientos automáticos, las creencias intermedias y las creencias nucleares. A estas hay que añadirles las distorsiones cognitivas (sesgos o errores en el procesamiento de la información que son potenciados por las cogniciones desadaptativas y los estados emocionales negativos) (Cruzado, 2014).

Existen varios métodos para desafiar las creencias intermedias y las creencias nucleares.

En el documento a descargar puedes encontrar más información sobre las terapias anteriores, así como sobre las técnicas para controlar las preocupaciones y las rumiaciones (posposición del pensamiento y tiempo basura, detención del pensamiento, control de las preocupaciones e intención paradójica). Además, el PDF contiene información sobre la terapia de solución de problemas y la activación conductual.